Hoy en el Parque.

Hoy en el Parque.

Hoy en el parque me encontré con una joven mujer descalza que aparentaba estar deprimida. Su frente sobre sus rodillas y brazos que sujetaban sus pantorrillas me hacían pensar en una narrativa donde la ambientación era incongruente con la trama. El conjunto de elementos que la rodeaban no correspondían a la formula de la cual seria acreedora la posible tristeza de dicha joven. Con su emanación, había cobrado autonomía para mí del entorno y por ello un valor estético distinto al de la tradicional propuesta de género dramático con sus prácticas teatrales que hoy en día están por demás objetivadas. Su independencia fue tal que me sentí ajeno a la complicidad de la mirada. Estuvo ahí, de frente y sin mediaciones. Como ser puro sensible desinteresado de la taxonomía de las cosas. Y sí, la sensación fue ahí en la piel y solo ahí como debía de ser. Para mí.

Me quede un par de minutos más sentado en una banca, sobrellevando el impacto y observando otras cosas de menor interés, pero que también llevaban consigo una reflexión implícita un poco mas “impura” por así decirlo, como la señorita de la tabla para hacer apuntes o el señor que lavaba su coche, pero esos/ellos no son los requeridos por ahora. De hecho de tiempo en tiempo le volvía a echar miradas a la protagonista y ella seguía sumergida en su estado.

Transcurrió el día y olvide lo sucedido, hasta que llego a mí la frase “representación errónea”

Prefiero no ser mas explicito.