toasted violet crabs

un espacio informativo y crítico. de esos que existen muchos. se trata de jaibas, de tostadas, de color violeta.

miércoles, diciembre 13, 2006

Avenida Colón

Avenida Colón.


Eran las 6 de la tarde, el sol estaba por caer y mis pies parecían palpitar al ritmo acelerado de las llantas de los vehículos que pasaban por mi lado izquierdo en aquella avenida. A punto de sucumbir ante la fatiga, decidí tomar un descanso y sentarme en la acera usando como respaldo la pared lateral de una tienda de conveniencia de la cual se podían desprender los cachos de pintura vieja, descomponiendo la publicidad de la tienda. La acera estaba por demás sucia y repleta de empaques de frituras y cigarrillos que la gente consumía probablemente del señor que estaba localizado en la esquina, sentado en una tina al revés y con sus productos distribuidos a lo largo de una mesa improvisada con una tabla de madera gastada y latas vacías de café sin etiquetas (lo deduje por el tamaño). Voltee hacia mi izquierda y seguí con la mirada el recorrido que hacia una muchacha de la esquina hasta donde yo estaba, devolviéndome la mirada con suma displicencia justo cuando pasaba frente a mis pies y haciéndose notar con la estridencia de sus tacones. Le replique en mi mente con un chistido y afirmando cuan puta es.

Después de un rato de andar divagando, mire la pared de enfrente, que esta cruzando la avenida y fue ahí donde se produjo el asalto a mi razón ¡Es cierto! Exclame. De la parte superior de la pared se podía apreciar el desgaste ya de años producido por el agua que le escurría y que al cabo del tiempo propiciaba la formación de moho sobre el concreto. Mas hacia el centro un basto panorama de pintura blanca desgastada de aproximadamente 8 metros le seguía al paisaje. Y por ultimo, esos 2 metros hacia el piso donde se encontraba un graffiti igualmente corroído y degradado hasta la coyuntura con la acera en donde empieza a brotar la maleza que reclama derecho de piso. No podría haber tenido semejante experiencia de no haber sido por el conjunto de elementos que construyeron el momento:

La fachada de ladrillos color café de la bodega semi-abandonada justificaba su localización a la perfección. El sonido del metro pasando cada tanto tiempo aunado al ruido producido por los motores de los autos generaba el efecto de dinamismo en aquella pared inmóvil. El bullicio de los transeúntes parecía disiparse como carne fresca en el aceite hirviendo del comal del puesto de tacos, que después de un tiempo al cocinarse, ésta va perdiendo ruido y ganando temperatura. La caída del sol, anunciando el final de un turno de jornada laboral y al mismo tiempo siendo reemplazado prematuramente por luces de neon.

¿Cuantas veces había yo leído y visto ejemplos acerca de la decadencia del modernismo?
¿Cuántos detractores no han pasado por mis manos?

¡Maldita angustia maquinal! Has dotado de poesía al concreto y al metal y no había podido tener yo dicha certeza.

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